Los monjes de la Orden de los Mínimos elaboraban para sí mismo su propia cerveza desde 1634. La gran Pulaner original, que los monjes ofrecían durante los días de fiesta, era una Bockbier, una variedad de cerveza que consiguió rápidamente una cierta notoriedad en los locales de Múnich.
En 1799 la Abadía de Kloser fue reconvertida en prisión, y su cervecería adquirida por el maestro Franz Xaver Zacherl, quien, desde 1813 continuaría desde allí la tradición de los antiguos monjes paolanos elaborando una Starbier que llevaba en nombre de Salvador.
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